Aspectos a considerar antes de realizar terapia de EMT
La Estimulación Magnética Transcraneal (EMT o TMS por sus siglas en inglés) es una técnica no invasiva de neuromodulación que utiliza campos magnéticos para inducir corrientes eléctricas en áreas específicas del cerebro, con el fin de modular su actividad.
Con el crecimiento de su uso clínico en psiquiatría y neurología, han surgido diferentes modalidades de EMT, cada una con características particulares en cuanto a profundidad de estimulación, patrón de pulsos, y frecuencia de aplicación. Entender los tipos de EMT disponibles es clave para reconocer cuándo estamos ante una terapia científicamente respaldada y cuándo se trata de otro tipo de tecnología que podría no tener la misma base clínica o regulación. El tipo más ampliamente conocido es la EMT repetitiva (rTMS), que consiste en la aplicación de pulsos magnéticos en series o trenes repetidos a lo largo de una sesión.

Dependiendo de la frecuencia utilizada, la rTMS puede tener un efecto excitador (frecuencias altas como 10-20 Hz) o inhibidor (frecuencias bajas como 1 Hz) sobre la actividad neuronal. Es el tipo aprobado por la FDA para tratar la depresión resistente al tratamiento, el TOC y otras condiciones.
Otra variante relevante es la EMT de ráfagas theta (iTBS o theta burst stimulation), una forma más reciente de estimulación que emula los ritmos naturales del cerebro, particularmente los de la corteza prefrontal. Esta modalidad tiene la ventaja de requerir menos tiempo (alrededor de 3 a 10 minutos por sesión) y ha mostrado resultados comparables a la rTMS convencional en diversos estudios.
A su vez, existe la llamada EMT profunda (Deep TMS), que utiliza bobinas especiales (por ejemplo, la H-Coil) diseñadas para penetrar más profundamente en el cerebro y alcanzar estructuras subcorticales como el cíngulo anterior o la ínsula, asociadas con procesos afectivos y del dolor. Esta modalidad ha sido aprobada también por la FDA y se diferencia claramente por el tipo de equipo utilizado.
Distinguir si un tratamiento ofrecido es realmente EMT o no, implica verificar algunos aspectos clave: debe usarse una bobina electromagnética registrada, conectada a un equipo de estimulación transcraneal autorizado por organismos de regulación sanitaria como COFEPRIS, la FDA o la CE europea. Además, debe ser aplicado por personal capacitado (por lo general, neuropsicólogos, psiquiatras, neurólogos o técnicos especializados) en un entorno clínico seguro.
Tecnologías como la “estimulación magnética pulsada”, “neuroestimulación cuántica” o dispositivos portátiles sin regulación médica pueden presentarse como similares, pero en realidad no cumplen los criterios técnicos ni la evidencia clínica de la EMT. Por ello, es importante preguntar al centro qué tipo de equipo utilizan, algunos equipos que cumpen con las especificaciónes técnicas son por ejemplo: Neurosoft, MagVenture, BrainsWay y Magstim y si el equipo cuenta con aprobación sanitaria de COFEPRIS. Así, el paciente puede asegurarse de recibir una intervención respaldada por la ciencia, y no una terapia experimental o de efecto placebo.